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LA MEJOR HISTORIA SOBRE ABOGADOS Y SEGUROS;
DEL AÑO,
DE LA DÉCADA
O POSIBLEMENTE HASTA DEL SIGLO.
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LA MEJOR HISTORIA SOBRE ABOGADOS Y SEGUROS;
DEL AÑO,
DE LA DÉCADA
O POSIBLEMENTE HASTA DEL SIGLO.
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Esto tuvo lugar en Charlotte, Carolina del Norte, EE.UU.
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Un abogado compró una caja de puros, muy raros y de alto precio, procedió a comprarles un seguro en contra de además de otras cosas, del fuego.
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En el lapso de un mes, habiéndose fumado la caja completa de estos grandiosos puros, el abogado reclamo el seguro contra fuego a la compañía de seguros.
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En su reclamación, el abogado declaraba que los puros se perdieron a causa de una serie de pequeños fuegos.
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La compañía de seguros se rehusó a pagar, citando las razones obvias, que él había consumido los puros de acuerdo al uso tradicional.
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El abogado demando y ¡GANÓOO!
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De acuerdo con las reglas, el juez estuvo de acuerdo con la compañía de seguros que la reclamación era frívola.
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El juez declaro que en cualquier caso, el abogado contrató una póliza de seguro con la compañía, en la cual se garantizaba que los puros eran asegurables y también se garantizaba que quedaban asegurados contra el fuego, sin definir expresamente las exclusiones de algunos “fuegos” y por lo tanto era sujeta a la obligación del pago reclamando.
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Lejos de sostener un lento y costoso juicio de apelación, la compañía de seguros acepto las reglas y pago U$S 15.000 al abogado por la pérdida de sus puros a causa del fuego.
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AHORA VIENE LA MEJOR PARTE.
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Una vez que el abogado hubo cambiado el cheque, la compañía de seguros promovió su arresto por 24 cargos de incendios intencionales.
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Utilizando en su contra su propio testimonio en lo declarado por él en su reclamación del pago a la compañía de seguros, el abogado resulto convicto por el delito de incendio intencional en contra de su propiedad asegurada y fue sentenciado a 24 meses de pena corporal y al pago de una multa de U$S 24.000.-
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Esta historia verdadera obtuvo el primer lugar en el concurso de abogados penalistas el año pasado.
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Esto tuvo lugar en Charlotte, Carolina del Norte, EE.UU.
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Un abogado compró una caja de puros, muy raros y de alto precio, procedió a comprarles un seguro en contra de además de otras cosas, del fuego.
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En el lapso de un mes, habiéndose fumado la caja completa de estos grandiosos puros, el abogado reclamo el seguro contra fuego a la compañía de seguros.
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En su reclamación, el abogado declaraba que los puros se perdieron a causa de una serie de pequeños fuegos.
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La compañía de seguros se rehusó a pagar, citando las razones obvias, que él había consumido los puros de acuerdo al uso tradicional.
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El abogado demando y ¡GANÓOO!
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De acuerdo con las reglas, el juez estuvo de acuerdo con la compañía de seguros que la reclamación era frívola.
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El juez declaro que en cualquier caso, el abogado contrató una póliza de seguro con la compañía, en la cual se garantizaba que los puros eran asegurables y también se garantizaba que quedaban asegurados contra el fuego, sin definir expresamente las exclusiones de algunos “fuegos” y por lo tanto era sujeta a la obligación del pago reclamando.
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Lejos de sostener un lento y costoso juicio de apelación, la compañía de seguros acepto las reglas y pago U$S 15.000 al abogado por la pérdida de sus puros a causa del fuego.
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AHORA VIENE LA MEJOR PARTE.
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Una vez que el abogado hubo cambiado el cheque, la compañía de seguros promovió su arresto por 24 cargos de incendios intencionales.
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Utilizando en su contra su propio testimonio en lo declarado por él en su reclamación del pago a la compañía de seguros, el abogado resulto convicto por el delito de incendio intencional en contra de su propiedad asegurada y fue sentenciado a 24 meses de pena corporal y al pago de una multa de U$S 24.000.-
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Esta historia verdadera obtuvo el primer lugar en el concurso de abogados penalistas el año pasado.
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(Je, ¿Quien fue el que dijo que "entre bueyes no hay cornadas"?
Entre bueyes no, pero entre "bogas", je, je, je!!!)
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