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viernes, 9 de mayo de 2014

Nunca obligues a un niño a orar.

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En la cena, el pequeño Jaimito fue obligado a dirigir la palabra a la familia en oración…y
Jaimito dijo: Pero yo no sé cómo orar.

El papá le contestó: Solo ora por los miembros de tu familia, amigos, vecinos y las personas pobres.

Entonces Jaimito empezó:

“Querido Dios, gracias por quienes nos visitan y sus hijos, 
 quienes se acabaron todas mis galletas y helado.

Bendícelos para que no regresen. 
 Perdona al hijo de nuestros vecinos, que le quitó la ropa
a mi hermana y luchó con ella en su cama.

Para navidad por favor envíale ropa a todas esas
pobres mujeres desnudas en el BlackBerry de mi papá.

Y provee un techo para todos esos pobres hombres 
sin hogar que usan el dormitorio de mi mamá
cuando mi papá está en el trabajo.

AMEN
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